Negro, muy negro. Y con dibujos y colores chillones que llaman la atención. Y tanto que la llaman!!
En Marruecos el negro no es significado de luto, ni mucho menos. Al contrario!! aquí el luto se representa de blanco luminoso, pulcro, puro, radiante, espiritual.
Pero volviendo al negro, el negro no es ni más ni menos que la vestimenta, o mejor dicho, el color típico en los pañuelos de las mujeres bereberes de la zona sur de Marruecos.
Siempre es una tela de algodón fina, incluso se transparenta un poco, por aquello de no dar mucho calor, digo yo… Y lo digo incluso dudándolo, aunque cuando hace calor de verano da igual si el negro es negro, o el blanco es blanco porque el calor aprieta igual.
Las mujeres un poco más mayores, suelen llevarlo más sobrio. Sin dibujos o con algún abalorio cosido haciendo un dibujo tipo zig-zag. También llevan cosidos “clin-clines” metalizados de esos que tanto me gustan. Pero las jóvenes, llevan dibujos de colores fosforitos, verde, rojo, amarillo, azul, rosa…
Los juntan a lo loco sin criterio cromático, porque para chulas ellas. Rayitas, dibujos en forma de algo parecido a una estrella, símbolos bereberes, puntitos, nuditos o incluso pompones de colorines se dejan ver por las calles, poniendo la nota graciosa y salerosa en la calle.
Una vez me dijeron que los dibujos tienen significado al igual que el color, representando en este caso situaciones de la naturaleza como pueda ser, el cielo, un oasis, las dunas… Y en otras ocasiones puede significar sentimientos o vivencias, como puedan ser los hijos o estar soltera, casada… Aunque este punto no lo tengo muy claro. Y si se casan, tienen que recoser todo de nuevo??
En todo caso, las ves a todas ellas juntitas paseando y no puedes dejar de mirar esas telas, esos turbantes, esos bordados, esos colores tan chillones y tan elegantemente cosidos y cosidos a mano por supuesto.
Hasta yo tengo uno de estos turbantes de 2×2, si es que no mide más…
Lo compré de casualidad, en uno de esos pueblos perdidos de no-se-dónde por la zona del Valle del Draa. Un pueblo de adobe, que estaba ahí como dormido, callado, sin turistas y sin ser turístico. Aunque en ese momento yo iba con turistas.
Yo sólo sé, que le pregunté a una mujer si me vendería alguno o si alguna del pueblo los cosía… y las dejamos a todas semi vestidas, que no semi desnudas y arrasamos con los que tenían guardados y con los que llevaban puestos!!!
Aquellas encantadas y nosotras no te quiero contar. Nos llevaron a su casa con un cordial “Adout-adout Yalah!!” (“ven-ven, vamos!!” en bereber), nos pusieron un té con pastas, cacahuetes, dátiles y si nos descuidamos nos sacan el cous-cous. Desde luego hicieron el agosto con nosotras, aunque fue muy barato por aquello de no tener en las venas la mafia que conlleva un lugar turístico y la gente que venía conmigo me decía
– “Pero sólo piden esto de dinero?”
– “Sí, ya ves… con lo que le estás pagando, que a ti te parece casi regalado, comen el mes entero 4 personas más o menos en esta zona del país”
– “De verdad? En serio?…. pero si esto vale mucho más, es artesanía y una obra de arte!!!!”
(…)
Y todas felices y contentas. Aún no se si más las viajeras o las muchachas del pueblo…pero aquellas nos daban unos besos que parecía que nos conocían de toda la vida.