VISIONES AL VIAJAR…

Viajar, de las cosas más bonitas y mejores que se pueden hacer. Conocer nuevos sitios, nuevas costumbres, culturas e idiomas entre otras cosas, te hacen cambiar la visión del resto.

Te hacen abrir la mente y en ocasiones te hacen volverte poeta y soñador… aquí o allí, a través de un teléfono, de una pantalla o de un reflejo de lo imaginado…

A veces fiel reflejo de lo que se creía en sueños, a veces nada que ver con ello, pero en todo caso fiel aprendizaje de lo que te ofrecen las otras personas, las otras costumbres, las otras oportunidades que le des a tu vida. Y eso…eso no tiene precio.

Igual que tampoco lo tiene que yo ahora este sentada en mi terraza escribiendo con el corazón puesto delante de mi puerta. Al fondo no lejano y a tan solo 10 minutos andando, se levanta una montaña naranja, caliente, muy caliente, que en horas se volverá un poco más fresca de la noche…

Las dunas del desierto, de mi tan preciado Erg Chebbi,esas dunas que se mueven aunque no las veamos, que caminan lentas a paso firme, que se cuelan en tu vida cada día y una vez que entran no las quieres dejar ir.
Las dunas del desierto, de mi tan preciado Erg Chebbi,esas dunas que tienen vida y viven, respiran, sienten, ríen y lloran, ven la vida pasar.

Imposible no verlas, sentirlas y olerlas, porque también huelen, claro!!
Huelen a paz, a reencuentro, a turbante, a nómada, huelen a ti y huelen a mi…
Huelen a té…

Y cuando menos me lo espero, se escucha la llamada a la oración desde la mezquita, o es en mi cabeza?? no es la hora habitual o al menos eso creo, el reloj hace tiempo que dejó de moverse.

Aquí no hay horarios.

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