El Khorbat, pueblo-museo bereber en Tinjdad.
Calles y callejones oscuros, frescos y casi subterráneos donde la gente, aunque no lo parezca, tienen sus casas y hacen su vida.
En nuestro paseo por esta ciudad-galería, hubo un momento en que nos encontramos una situación un tanto rara para algunos, para mí era normal.
Vimos a la entrada de una casa y en un pollete, lo que parecía ser un muerto. Tan solo era un señor tumbado y descansando más ancho que pancho.
Y no. Claro que no estaba muerto y nadie me creía!!!! Pero ahí y en ese momento, saltaron las alarmas y todo tipo de conjeturas.
Una muchacha salió sonriente a saludarnos al escuchar el jaleo que estábamos armando y como es habitual en Marruecos, su hospitalidad y amabilidad no tardó en aparecer invitándonos a pasar a su casa, situación que al momento, decliné educada «la chokran».
Más que nada porque éramos unas 15 personas de las cuales 13, estaban alucinando con el supuesto cadáver y a mí me estaba dando la risa nerviosa por no saber cómo convencerles de lo vivo que andaba el muerto.
Y es que el muerto no estaba tan muerto, pero nadie me escuchaba. Tan solo dormía y tan quietecito él, hasta que le despertamos:
-«Está muerto?»
-«No, sólo duerme»(yo)
-«Pero está tapado con una sábana blanca??!!!!???»
-«Y? Aquí la gente está acostumbrada a dormir tapada hasta arriba. Tendríais que verles en invierno con varias mantas y tapados por encima de la cabeza. Pero cómo va a estar muerto ahí en el salón de su casa??» (yo)
-«Pues…como en los pueblos antiguamente!»
-«Pero nadie le está velando. Hazme caso, que este muerto está muy vivo. Que sé de lo que hablo, solo duerme. Además la muchacha nos ha invitado a entrar en su casa tan ricamente, eso sí que no sería ni medio normal de ser cierto que esta persona hubiera fallecido, no te parece?» (yo)
-“Si. Bueno… no sé. Seguro que no está muerto??
… (segundos de reflexión, nadie hablaba y los 13 seguían mirando atónitos… cri-cri… cri-cri…)
Y el muerto, en un momento y seguro que harto de escucharnos, se movió, si ya lo decía yo.
Tan solo dormía, tan solo intentaba descansar con nuestra conversación de muertos muy vivos…
Y este cuento se acabó.
Relato corto de una jornada en El Khorbat.