Tras la ventana de una casa desértica de adobe, nos cotillean los más pequeños…
Porque los niños, niños son. Ávidos observadores de todo lo que es diferente para ellos en estas latitudes.
Porque los niños, niños son.
Aquí o allí, libres de juicios y prejuicios donde su máxima preocupación es donde han puesto las piezas de “Lego” y que no se las haya tragado el aspirador, por aquello de la amenaza constante de la madre de “o recoges tu habitación o mañana te tiro todo!!”
Claro, que aquí en el desierto, de “Lego” entienden bien poco y de aspiradores ni te cuento!!!!
Aquí o allí, libres de juicios y prejuicios donde su máxima preocupación…, porque los niños, niños son.
(Y que lo sigan siendo!)