Marruecos sabe y huele a mucho. Tanto es mucho que sería imposible separar Marruecos de tu nariz y boca cuando te preguntan por este país. Bueno en verdad no es el único país que te llega por el olor o sabor y para ser correcta, te llega por más sentidos. Y es que Marruecos huele a especias
Hace tiempo, bastantes años, hubo una gran campaña de marketing en la TV española que decía “Marruecos: el país de los sentidos” y qué verdad tan grande!!
Dos de los 6 sentidos, (si-si, hay 6 sentidos y no 5 como nos han hecho creer, aunque esto ya lo contaré en otro momento), es el del olfato y el gusto. En Marruecos las especias a la hora de cocinar, nunca como una sentencia firme, pueden faltar. Y cuando digo nunca es así.
Una es el comino pero hay muchas más e incluso una que se hace con una mezcla de 25 ó 40 y pico especias llamada “Ras-al-hanout”.
Pero esto hoy, va de comino. Me gusta este nombre, me gusta esta especia y desde pequeña la he tenido muy presente puesto que mi madre siempre la usó de manera habitual, en sus platos.
A mí el olfato no me funciona muy bien. Lo de cocinar tampoco, todo hay que decirlo, es así y no me queda otra. Mi olfato y yo vamos por días y a trozos, nunca llegaré a saber, si cuando huelo algo lo huelo completamente o a medias y la mayoría de veces no consigo distinguir bien, un olor de otro. Envidia me da de la gente que dice: “Esta salsa lleva canela y almendra…“ Pero cómo lo saben con sólo oler o probar? Imagino que también mi parte de «no cocinillas» ayuda bastante…
El comino, lo distingo bien. Me gusta bastante y me gusta además de su olor y sabor, también su color que se me antoja marrón con una pizca de tono verde caqui. Interesante color, al menos para mí.
Siempre en los restaurante o pequeños-cutres-enanos lugares de comida, ponen un cacharrito de cerámica de tres contenedores con su sombrerito correspondiente. Uno tiene sal un pelin gorda, que por cierto la sal de Marruecos no sala mucho y dicho no sólo por mí. En otro hay pimienta y en el último aparece el comino. Otras veces es un plato pequeño con la mitad de uno y mitad de otro.
En una ocasión, me dijeron que para que se te pasase el dolor de barriga, había que tomar leche con comino. Otra vez supe que para no tener gases, había que comer con comino. Y hasta una amiga española tuvo un perrito en Marruecos al que llamó de nombre “Comino” y no precisamente por el tamaño del can, que ya se veía venir lo grande que sería cuando fuera mayor. Qué habrá pasado con este simpático cachorro??
Y es que el comino y Marruecos, así como tantas otras especias, van de la mano.
Qué aproveche!!!