INSPECCIONANDO IMLIL, ALTO ATLAS

Y llegó el día que debía ir a Imlil de “inspección técnica”. Nunca había estado en este punto del Alto Atlas, pero si cerca en alguna ocasión y ahora me encontraba aquí con un sol de escándalo y hasta de manga corta.
Y no por hacer un calor de verano, pero de subir a cotillear por el pueblo me acaloré y como era de esperar acabé días después con un proceso gripal considerable, porque entre otras cosas, en cuanto se puso el sol, el mercurio cayó en picado y mis dientes no paraban de decir “tac-tac-tac-tac”.

Desde la ventana de la habitación donde dormía se veía la montaña, pero no el Monte Toubkal que estaba “por detrás”. Es zona de botas y pinchos, de forros polares y guantes, de esquíes y palos, de trekking y montañismo.

El pueblo se llena de escaladores en fechas de nieve para hacer la ascensión al Toubkal siendo el más alto de Marruecos con 4167 y de todo el norte de África, ahí es ná!!
Y se nota. En el centro no hay tiendas de djelabas o teteras o marroquinería o plata o especias o… como en otras partes de Marruecos. No, aquí no. Aquí se vende calor en forma de guantes, calcetines y cortafríos.

Me maravillé la vista en los días de estancia montañera. Acabé lo que había venido a mirar en Imlil y regresé a mi calidez del desierto, que todo hay que decirlo, este invierno no está haciendo el frio esperado y como diga de hacer el frio de otros diciembres y eneros…

He leído y acepto la política de privacidad

Deja un comentario