Amaneció hace rato. Son las 07.35h de un jueves cualquier de abril. Bueno cualquiera…no.
El de hoy día 19.
Siempre que voy en bici hacia Taouz, veo un cartelito en la carretera que pone algo de «Znigui»y hasta hace unas semanas no me había interesado mucho, al menos no me había llamado la atención.
Y es cerca de esta zona, concretamente en Taouz dónde el asfalto se acaba, dónde Allah perdió la babucha y dónde, con cierto miedo, me preguntan algunas amistades españolas:
-«Hasta ahí te vas en bici? Sola? No te da miedo? Y si…»
-«Si, claro. Hasta Taouz llego en bici y porque se acaba el asfalto que si no seguiría, pero con esta bici, no puedo»
Y es que voy sola, sin miedo y disfrutando como una enana porque no hay nadie o muy poca gente. Solo se escucha el silencio, la paz y de vez en cuando un camión militar, algún vecino…
Muy solitaria la zona, eso es cierto.
Y si…y si qué? Si pasa alguien nos saludamos y ya está?
Un día este invierno pasado, un amigo me habló de las dunas de Znigui.
-“Cómo???? Repite, porfa…dunas de Zni-qué? Ese nombre me suena muchísimo” pensé.
Y saltó la alarma en mi cabeza al momento.
Dónde-dónde-dónde? Dónde había escuchado yo este nombre??? Raquelita haz memoria, me dije a mi misma intentando procesar el nombre, el momento, la situación, el lo-que-sea-me-vale para encontrar el lugar en mi cabeza.
Como era de esperar, le hice un tercer grado a mi amigo y me contó que están después de Khamlia, por aquella zona.
-«Cerca de Begaa? Cerca de Taouz? Hay dunas allí? Primera noticia…»
-«Serca…no-ace- tanto, piro serca. Tu ido?”
-«Claro Mustapha, con la bici he ido hasta Taouz…»
-«Tu muy fuerte, mucho sport, lejos de Hassilabied»
-«29-30 km solo para llegar y lo mismo para volver. Lo tengo claro… «
Me contó cómo son las dunas, la zona… y ahí se quedó la conversación. Aquí son muy parcos hablando y a la tercera pregunta se bloquean. Por lo cual, poca información obtuve, pero la suficiente como para llamarme la atención.
Me quedé pensando si un día podría ir siendo complicado en mi caso, por necesitar 4×4 obligado y por estar tan lejos de casa. Lejos por la zona qué es, no por distancia ya que si son 35km es mucho y por asfalto es lo mínimo que me hago casi cada día con la bici aquí en el desierto. Quién sería el guapo que me llevase? Ardua tarea, lo tenía clarísimo…y lo dejé pasar.
Ayer una colega, me dice que me vaya con ella a dormir al campamento de otro colega suyo, Hassan. Di por hecho que era el Erg Chebbi y me pasaron a buscar por casa a la hora que habíamos quedado.
Este chico Hassan, vive en Tiharine por lo que no me extrañó cuando tomó ese camino y pensé que iría a su casa a buscar algo, dando por hecho de nuevo, que el campamento en cuestión estaría donde todos, por la zona del Yasmina.
Mi sorpresa fue cuando poco después de salir de Khamlia, Hassan se metió por una pista a la izquierda dejando atrás todas mis referencias posibles.
Íbamos no-se-dónde puesto que por ahí no está el desierto de Merzouga, ignorante de mí y con lapsus de memoria de semanas atrás.
Atravesamos parte del desierto negro, sin cuadrarme nada. Yo empeñada en el Erg Chebbi y qué menuda vuelta grande estábamos dando!!!
Me puse el turbante para no hacerme nudos en los rizos con el viento y en la ventanilla del Jeep y con medio cuerpo fuera, me senté para ver bien la zona intentando adivinar aún dónde iríamos a parar.
Pistas Dakarianas, baches, piedras, desierto negro y al fondo tras una curva, y habiéndome dejado el culo por culpa de unos cuantos agujeros dignos de Rallye, asomaba lejos el cuerno del pueblo de El Begaa que tanto me gusta.
Aquí empecé a atar cabos… y mi cabecita empezó a recordar de nuevo. Serían aquellas dunas que Mustapha me contaba hace casi 2 meses? la zona del cartelito en la carretera?? No llegaba el momento de saberlo…
Seguía subida en la ventanilla del coche agarrándome fuerte a las barras, porque de tanto bache capaz era de salir volando en uno de ellos y luchando con el turbante, que del viento se me había deshecho el nudo. Creo también, de tanta impaciencia para llegar.
Se quedaron atrás y a lo lejos, el pueblo de Mifiss, el cuerno de El Begaa y Merzouga por supuesto… Todo se quedó atrás.
Seguimos por esta zona de pistas y desierto negro y nada daba a pensar que hubiera dunas, pero al girar por un terraplén con bache y de los grandes… ahí se vieron!!!
Tan grandes, tan bonitas, tan majestuosas… casi tan naranjas o iguales que el Erg Chebbi.
Era cierto, no lo había dudado, pero es que nadie antes me había hablado nunca de estas dunas tan lejos y a la vez tan cerca de mi pueblo hasta ese día. Y es que para mí, una vez pasado Taouz, estaban las pequeñas dunas de Ouzina y poco más.
Porque para cerca, está claro que no cuento ni M´Hamid ni Erg Chegaga
.
Y así es como una vez más Marruecos, el desierto y su gente, no dejan de sorprenderme.
Todos conocen la zona menos yo y como una niña pequeña, disfruté como si fuera la primera vez en el desierto, esta vez en el de Znigui.
Y sí, era mi primera vez en este desierto, que espero no sea la última.