CASI UNA FILOSOFÍA DE VIDA: GESTIONAR EL DESAPEGO…!!!

Me enamora Marruecos y su gente, por esa manera de vivir y sentir el día a día.

Ese desapego tan necesario a “algo “que no se tiene o que ya se tuvo y nos falta en este momento. ..
Ese desapego a lo material y a lo humano que les hace sufrir de otra manera mejor gestionado
Esa manera de sentir sin desgarrarse las vestiduras… sin morir en el intento, sin morir en vida…

Que la vida es mucho más fácil, mucho más sencilla y mucho más bonita.
Siempre con el “makein mushkil” y el “Incha Allah” por delante y que no les falte!!! Bonita filosofía de vida…

Y no me refiero a no querer o no apegarse a nada o nadie, porque no es eso, sino de ser equilibrados en la medida de lo posible con nuestros minutos y segundos dando la importancia y protagonismo necesario, al momento necesario. Y no me refiero, tampoco, a que no se sufra por la falta de alguien, pero tener muy claro que la vida sigue y que tal como vino, se irá, que hoy tienes esto y mañana ya veremos “Incha Allah

En occidente también lo sabemos, por supuesto, pero cómo lo sentimos y vivimos es lo que nos hace sufrir más…

Quizá somos más emocionales, quizá… quizá ni siquiera lo se, pero lo que si sé, es que la manera de sufrir que tienen aquí en Marruecos es “más sana”, al menos como yo lo percibo. Se sufre igual, pero diferente … qué contradicción!!!

Hace tres septiembres, en Marrakech, se quedaron mis tan adoradas Converse All Star que compré en Buenos Aires, Argentina, algunos años atrás… Allí se quedaron, lo sabía y me dio igual buscarlas los dos últimos días de mis, por entonces, vacaciones… Definitivamente se me fue un poco la cabeza, adoraba esas zapatillas.

Y no me preocupé en preguntar, no me apeteció… simplemente lo dejé pasar. Estaría aprendiendo a gestionar mejor el desapego a lo material?? No se-no se, a día de hoy no lo tengo muy claro…

El pasado noviembre 2014 y ya instalada definitivamente en Marruecos, llovió torrencialmente dejando asolada el país en muchas zonas y viudo de personas. Familias casi enteras, ganados, huertos, casas, carreteras, infraestructuras…

Yo vivo en Hassilabied, un pueblo hecho de adobe, de barro, en el desierto de Merzouga, fue una zona poco afectada y cuando esto ocurrió, yo me encontraba en el pueblo, pero con un billete por unos días de ida y vuelta a España comprado hacía varias semanas, así que viví el comienzo, parte del durante y el final… y escuchaba decir:

-“Toda esta agua que hay aquí, es comida para los animales y es bebida para nuestros huertos…”

En algunas casas se cayó alguna pared o tejado, o se descolgó alguna puerta y cada mañana amanecían los ”cielos de las casas” con sus propietarios encaramados reparando el adobe.
Hasta una parte grande de la fachada principal de mi casa se vino abajo, pegotes de barro y paja se desplomaban fuerte contra el suelo, aunque sólo era el recubrimiento exterior de un bloque de adobe prensado de unos 30 cm de grosor, nada importante.

La presa y los lagos se llenaron casi a punto de desbordarse y se encontraban como hacía tiempo que no se veían,… pero por otro lado, los niños se bañaban en las piscinas naturales que se formaron delante de las dunas y en dichos lagos, riendo, sonriendo, disfrutando…, los pastores sacaban a pastar a los dromedarios que disfrutaban a más no poder de las múltiples hierbitas crecidas semanas después …

Y las dunas pudieron peinarse cada mañana durante varios meses, con su imagen reflejada en el espejo del lago Yasmina, la primera y única vez que he visto agua en este lugar!!!

Por eso me enamora Marruecos y su gente, por esa manera de vivir y sentir el día a día…

 

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